Es recomendable que iniciemos y terminemos cada día con esta  práctica, ejerciéndola como un medio práctico para alinearnos conscientemente  con el punto causal de la vida: la corriente vibratoria fluyendo a través de  nosotros y de todas las manifestaciones que llamamos  “creación”.
La tecnología vibratoria que se ofrece aquí no es ni religiosa ni  espiritual, es simplemente un mecanismo perceptual, que honra la manera en la  que fluye al exterior la experiencia humana desde su fuente unificada. A través  de su aplicación, entrenamos nuestras capacidades para trabajar conscientemente  con el flujo natural de nuestra conciencia, conforme se mueve hacia fuera al  mundo y de vuelta hacia nuestro punto causal  final.
Aplicar diariamente esta práctica es un medio simple, eficiente y  fluido para permanecer anclados dentro de todas nuestras actividades internas y  externas.
Cuando se aplica consistentemente, las consecuencias de ejercer  esta tecnología perceptual son auto-evidentes, como cambios perceptuales  notables dentro de nuestra experiencia diaria y la facilidad con la que  recibimos lo que requerimos para nuestra  evolución.
Aunque esta tecnología es vulnerable para detonar experiencias  internas – el énfasis para aplicarla diariamente no es “tener una experiencia  interna”. En su lugar, la intención es mejorar nuestro nivel de consciencia  causal dentro de todos nuestros encuentros, internos y  externos.
PASO  UNO:
Siéntate cómodamente, con las piernas cruzadas o en una silla, con  tu espalda recta pero relajada. Asegúrate de no tener  frío.
Mantén tus ojos cerrados durante toda la  práctica.
Conecta tu respiración durante 15 minutos. [Como para el Proceso  de la Presencia, esto significa inhalar y exhalar sin ninguna pausa larga entre  respiraciones. Hay una demostración de esta práctica de respiración en la página  de AUDIO de este sitio Web.]
Respira lo suficientemente intenso como para que seas capaz de  escuchar claramente tu propia  respiración.
De preferencia inhala y exhala solo a través de la nariz, pero si  la nariz está bloqueada, inhala y exhala solo a través de la  boca.
En sincronía con tu respiración, repite mentalmente la expresión:  “YO ESTOY AQUÍ AHORA EN ESTO”. YO [durante la inhalación] ESTOY [durante la  exhalación] AQUÍ [durante la inhalación] AHORA [durante la exhalación] EN  [durante la inhalación], ESTO [durante la  exhalación].
YO ESTOY [Representa nuestro estado de ser, y la Presencia del YO  SOY.]
AQUÍ [Nuestro centrado  espacial.]
AHORA [En donde estamos anclando nuestra conciencia dentro de esta  cronología.]
EN ESTO [Abrazar nuestra experiencia actual como es – pero de  forma impersonal.]
PASO  DOS:
Después de 15 minutos, inhala tan profundo como sea posible a  través de tu boca, llenando tus pulmones a su máxima capacidad, después sostén  esta respiración hasta la cuenta de 20 [o menos si es demasiado para  ti].
Libera la respiración a través de tu boca.
Libera la respiración a través de tu boca.
Repite esta inhalación, sostén, y cuenta hasta 20, seguido por una  suave exhalación, 3 veces.
PASO  TRES:
Ahora retira tu atención de tu respiración y permite que descanse  en el punto en donde reside tu conciencia cuando estás “presente con tus ojos  cerrados”. Este punto interno, ligeramente sobre y entre tus ojos físicos, es tu  centro del ojo.
Mientras descansas dentro de tu centro del ojo, repite mentalmente  “YO ESTOY AQUÍ AHORA EN ESTO”, durante 10  minutos.
Cada vez que te des cuenta de que tu atención está divagando de  esta repetición deliberada, en otros paquetes de pensamiento externos generados  inconscientemente, suavemente llévala de vuelta y continúa la repetición  deliberada.
Vuélvete consciente de los dos lugres distintos en los que tu  conciencia es capaz de residir durante esta práctica: Presente en una repetición  mental delibrada en tu centro del ojo, y divagando inconscientemente lejos de tu  centro del ojo dentro del estado de sueño que llamamos “pensamiento” [sobre el  pasado y el futuro].
No te preocupes por este divagar inconsciente, simplemente  obsérvalo. Permanece con él sin  condición.
PASO  CUATRO:
Cesa la repetición  mental.
Usando la percepción sensitiva, hazte consciente de ti como un  campo de energía vibrando  delicadamente.
Siéntate con esta experiencia sensitiva durante unos  momentos.
PASO  CINCO:
Detén la repetición mental y el sentimiento de todo tu campo  vibratorio y enfócate solamente en  escuchar.
Primero escucha durante unos momentos cualquier sonido que oigas  en el mundo a tu alrededor. Escúchalos sin condición. Escúchalos como si los  “recibieras” audiblemente, como si ahora fueras “un receptor” de estas  vibraciones de audio. Permítete percibir todos estos sonidos externos, sin  importar lo que sean, como si fueran emitidos por el punto causal unificado de  todo lo que es. Como si todos estos sonidos externos acumulados conformaran “la  conversación de Dios”.
Ahora delicadamente retira tu conciencia de estos sonidos  externos, y permítete una vez más descansar dentro de tu punto de presencia  interna – en el centro del ojo. Esta vez, escucha solo sonidos que provengan de  tu interior. Lo que sea que escuches es válido. Si no escuchas nada, escucha la  nada.
Conforme escuchas estos sonidos internos – o la nada interna –  asegúrate de que tu atención permanezca anclada en el centro del  ojo.
Cada vez que te hagas consciente de que tu atención se ha desviado  de escuchar deliberadamente el centro del ojo, para seguir paquetes de  pensamiento generados inconscientemente o sonidos externos, gentilmente llévala  de regreso y continúa escuchando  deliberadamente.
Sé consciente de los dos lugares distintos en los que eres capaz  de residir durante esta parte de la práctica: Presente en una escucha deliberada  en tu centro del ojo – y divagando inconscientemente lejos de tu centro del ojo  en el estado de sueño llamado “pensamiento” [sobre el pasado y el  futuro.]
No te preocupes por este divagar inconsciente, simplemente  obsérvalo. Permanece con él sin  condición.
Escucha internamente durante 5 minutos – o más si lo  deseas.
Este estado de “escuchar”, o “ser un receptor”, es una  contemplación vibratoria. Escuchar es la forma en la que el corazón siente  inicialmente lo vibratorio.
Una vez que escuchamos cualquier sonido interno – o la nada  interna – estamos ahora en la puerta hacia nuestro portal interno de conciencia  vibratoria. Lo que sea que ocurra más allá de este punto, es para que lo  conservemos como un tesoro para nuestra riqueza interna y nuestro bienestar  externo.
La eficiencia de esta práctica no tiene que ver con lo que  escuchemos internamente, sino en nuestra capacidad para permanecer “en un estado  de escucha”. Este “estado de escucha” – de “ser un receptor” conscientemente,  empodera que nos volvamos vulnerables a “recibir conscientemente todo lo que  requerimos para nuestros encuentros diarios, directamente desde nuestra fuente  unificada”. Conforme evoluciona su capacidad para escuchar, también lo hace  nuestra capacidad para recibir.
Esta práctica vibratoria no tiene que ver con perfección – se  refiere a participación plena en nuestra experiencia humana desde un “punto  causal de ti”. No lo intentes. Relájate en ella y disfruta la consecuencia  inevitable. La facilidad proviene de la facilidad.  
Michael  Brown
www.thepresenceportal.com - Traducción al español: Claudia Cuesta. Nota del traductor: Estas traducciones están registradas en derechos de autor, está prohibido su uso con fines de lucro.
www.thepresenceportal.com - Traducción al español: Claudia Cuesta. Nota del traductor: Estas traducciones están registradas en derechos de autor, está prohibido su uso con fines de lucro.
 
 


 
 

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